TIERRA ERRANTE

Una de las formas posibles de ser en este mundo En las estepas euroasiáticas, hace ya más de tres mil años, el caballo le regaló al hombre una nueva concepción del mundo. Desde aquel entonces varios grupos humanos han recorrido el planeta, fundidos en él como si fuesen un solo cuerpo y un solo pensamiento. Los ha habido nómadas, guerreros, caballeros, conquistadores y pastores de ganado, compartiendo esa grandeza y orgullo de ser gente que mira y hace desde el lomo de un caballo. Herederos ideológicos de este tipo errante de organización social, los jinetes de Casanare (Colombia), perviven hoy en día mostrándole al mundo que no hay como ser un centauro y pasar los días a cielo abierto marcando un rumbo que parece no acabarse nunca. Son de las pocas culturas de jinetes que le quedan al planeta. Una de las formas posibles de ser en este mundo.

Por eso este libro. Dentro suyo, el tiempo que nos lleva a sentir a ese llanero de sabanas. Inundables. Ganaderas. Intangibles. ¿Cuál de tantas? Donde todavía un niño nace con el anhelo de ser un jinete. Llano de ese gesto seco, ablandado en secreto entre un caballo y un hombre que un día se amansan y se hacen uno. Donde se aferra el pie a un estribo para hacerse, deshacerse, curtirse. Una tierra en la que vivir es más que todo andar y así empezar a conocer y perder. Sabana que sigue haciendo del trabajo remontado aquella escuela entre el abismo y la dicha. Rincones en los que la tierra se comparte desde lo oscuro, las ganas y el cariño. Y donde desmontarse llega solo con los años inundados de recuerdos de una vida entera a caballo en una tierra, todavía errante.